10/04/17 Una vez mi viejo me dijo: “O son de Boca o son contra Boca”. La verdad que por aquellos “jóvenes” años mucho no entendía. Me despertaba a esta nueva pasión con cierta timidez, miraba partidos en blanco y negro, el resumen de muchos y hasta llegué a pensar por qué Gimnasia usaba la misma camiseta de Boca… claro, sin color parecían iguales. No había publicidad en las camisetas y todo parecía más artesanal. Y empezó a llamarme la atención algunas fotos de los hinchas, que parecían enloquecidos; una cantidad de cabecitas como dibujadas en las tribunas… Muchas cosas que ya no me parecían ajenas; ya comenzaban a ser mías también.

Cuarenta años más tarde, la realidad es otra cosa. Todo muy distinto, donde todos hacen de todo, y de hincha pasás a periodista, de periodista a hinchas, de ver a no querer mirar; de mirar a no querer ver. Y una vez más, como tantas veces en este corto tiempo desde que arrancó la segunda parte del campeonato, hay que bancarse el discurso del “guarda que lo alcanza”. Que Boca juega un desastre, que River es el Barcelona y el Real Madrid juntos. Que Gallardo es casi un poquito menos que Dios, y que con sólo mirar, Marcelito es capaz de sanar a los inválidos.

No vamos a discutir que Gallardo es un buen entrenador porque lo es. Demostró y punto. Hasta acá llegamos. Pero tenemos que asistir todos los días y a todas horas, esto de que River acecha a Boca, un equipo que se cae, que no aguanta y no sé cuántas cosas más. Es cierto que el equipo venía de perder con Talleres (un equipo que fue superior) y con Defensa apenas pudo ganar uno a cero. Pero lo que demostró en cancha de Vélez, no cualquier equipo lo logra. Por la historia reciente, por esa pica que se generó hace años con los del Fortín, no era un partido más. Pero Boca sí lo convirtió en un partido más. Es esa rara virtud que tienen los equipos que de un compromiso difícil, hacen un trámite sencillo. Y quizás esto sea responsabilidad del entrenador. Cuando un equipo muestra en cancha la idea clara del DT, es porque el trabajo ya fue hecho.

Cierto que todo esto tiene sus riesgos (defensivos), pero también es cierto que criticar esta situación no nos llevará a ningún lado porque Guille quiere esto y ahí lo tiene.

Pero más allá de estas cuestiones futbolísticas caseras, nos encontramos con que Alario por ejemplo, nunca le hizo falta al defensor de Quilmes en jugada previa al gol y que el pobre pibe quedó tirado en el área sin poder marcar al gran goleador de la vía láctea que es Alario (?). Y que uno de los canales deportivos que tiene una marcada inclinación a favorecer todo lo que pase en el Millonario, minimizó la jugada del primer gol de los primos. ¿Será por su cercanía con el detenido Burzaco?

Ahora: fuera de juego por 20 centímetros que favorece a Boca, se pasan la semana hablando. Una pelota que pica adentro o afuera, si favorece a Boca: otra semana hablando de esto.

Al fin y al cabo, los que se autotitulan el más grande, lejos; no pueden vivir sin nosotros. No tienen de qué hablar; ni siquiera creen en ellos mismos, porque como nos van a alcanzar en el campeonato, llenan la cancha. ¿La llenan?.

Alternativa Boquense