02/01/2019 Tras la presentación oficial por parte del club en conferencia de prensa, Gustavo Alfaro se hará cargo de la dirección técnica de Boca Juniors por un período de 2 años.

Se terminaron los tiempos de especulaciones. Gustavo Alfaro, de último paso en Huracán, tomará las riendas del plantel cuando comience la pretemporada. Su designación estuvo a cargo del actual mánager de Boca, Nicolás Burdisso, quien recomendó al Lechuga a la comisión directiva tras haber acercado sin éxito otros nombres como los de José Pekerman y Sebastian Beccacece.

El técnico oriundo de Rafaela, provincia de Santa Fe, logró desvincularse de la entidad quemera con algunas complicaciones dado que había renovado su contrato con el club de Parque de los Patricios en estos últimos meses y se ganó el repudio de la gente del globo a causa de la ruptura contractual, entendiéndose como una “traición” por parte del técnico hacia ellos.

Ahora bien, ¿Qué se espera ver de los equipos de Gustavo Alfaro? Posiblemente es una pregunta que muchos hinchas se hicieron cuando se confirmó el arribo del estratega a La Boca. Empecemos por su historia.

Alfaro, a lo largo de su trayectoria, dirigió un total de 12 equipos (sin incluir a Boca en la actualidad) como Rosario Central, San Lorenzo y Gimnasia de La Plata, entre otros. Sus mejores actuaciones se vieron reflejadas en Quilmes y Arsenal de Sarandí.

Con el conjunto Cervecero logró el tan ansiado ascenso a Primera División en el año 2003 y, además, obtuvo la clasificación a la Copa Sudamericana y Copa Libertadores en la temporada siguiente realizando la mejor campaña de un equipo recién ascendido en la historia de torneos cortos del fútbol argentino.

Por su parte, en el Arse, se proclamó campeón de 4 torneos diferentes y alcanzó así su primer y único título internacional: la Copa Sudamericana del año 2007. En el ámbito local se consagró campeón del Torneo Clausura 2012, Supercopa Argentina del mismo año y la Copa Argentina del 2013.

Pragmático y ordenado, el actual técnico del Xeneize buscará coronarse campeón del más prestigioso torneo a nivel continental a través de su filosofía de juego: aprovechar al máximo los recursos disponibles priorizando el desempeño y brillo colectivo por sobre las individualidades. Su sistema táctico predilecto es el 4-4-2 en el cual se puede visualizar con claridad qué tipos de intérpretes coloca en cancha en función del rival y, obviamente, de lo que pretende él mismo de sus equipos.

En lo que respecta a la defensa, la línea de 4 jugadores es prácticamente la base primordial para el técnico en el armado del equipo. En general Alfaro busca que los laterales se replieguen y no pasen al ataque para mantener la última línea bien parada en la totalidad del encuentro.

Como segunda medida a analizar, Gustavo Alfaro utiliza un doble cinco mixto abocado al achique de espacios, a la recuperación constante de la pelota y a la elaboración de juego, en donde uno de los volantes posee mayor riqueza técnica y mejor distribución de pase mientras que el otro tiene la característica fundamental de la contención y el posicionamiento para ganar en el mano a mano ante los delanteros de forma sistemática. Los mediocampistas que se encuentran a los costados de los volantes centrales deben tener dinámica, velocidad y criterio para atacar y defender, teniendo la obligación de “hacer la banda”, es decir, asistir a los delanteros y colaborar en el retroceso para no dejar aislado al resto del equipo.

Por otro lado, en el flanco ofensivo, el rafaelino suele utilizar dos puntas con características distintas: Un 9 más bien tradicional y de referencia, con mayor corpulencia y complexión física para aguantar la pelota de espalda, descargar y ganar en el juego aéreo. Este delantero estará acompañado por un “mediapunta” con mayor velocidad y agilidad para romper líneas con gambeta y desmarque en profundidad, allanando el camino y facilitando la tarea de los extremos y el delantero central para crear situaciones de peligro.

En líneas generales, la promesa tácita de los posibles planteos tácticos que proponga Lechuga será la de formar equipos compactos, sólidos y comprometidos, buscando neutralizar la ofensiva del oponente a través de una marca sincronizada y organizada y, a su vez, otorgando el protagonismo y la posesión de pelota a su rival.

Comenzó la era de Gustavo Alfaro en Boca Juniors y se avecina una etapa de refundación y renovación en el club. Ahora bien, ¿tendrá Alfaro lo que se requiere para ser el técnico de semejante institución de fútbol? Pronto lo sabremos.

Por Bautista Keber Vago para Alternativa Boquense