28/04/2021 Una victoria más para el cuco de los equipos brasileños. Boca derrotó al Santos 2-0 en el Templo y alcanzó las 40 victorias contra conjuntos verdeamarelos. Y como si fuera poco, mantiene puntaje perfecto y valla invicta.

Qué inexplicable es Boca. Imposible predecir o adivinar. Un dolor de cabeza para los analistas de la táctica. Y para nosotros cuando redactamos esto. ¿Como se puede explicar la abismal diferencia entre el Boca que ‘’jugó’’ el primer tiempo con el que salió a comerse la cancha en el segundo? Los 11 apellidos que salieron del vestuario y jugaron eran los mismos, ¿que cambió? No lo sabemos, pero lo agradecemos.

Boca en el complemento fue Boca. Sin darle respiro a esos que hicieron una escapada al baño o a sacar la basura en el entretiempo, el Xeneize se puso en ventaja con gol del inagotable Carlos Tevez apenas 120 segundos de comenzada la segunda etapa.

Y el gol final lo puso Villa en el minuto 69’ con una asistencia del 10 y una galopada con la velocidad del viento como el colombiano nos tiene acostumbrados.

Pero los goles son simplemente la frutilla de un juego en equipo bien gestionado, es la prueba de que lo que se lleva a la práctica se ejecuta correctamente. Y hace 4 partidos que Boca ejecuta perfectamente.

El gran interrogante ante la cantidad de regresos post-covid será si se mantienen las bases y aquellos que perdieron el lugar deberán recuperarlo desde el banco, o si jugadores como Cardona y Andrada tienen mucho peso en su apellido como para ser dejados afuera.

El partido con Lanús de este domingo nos lo dirá, y será una prueba de fuego para Russo, donde deberá definir si mantiene la base con la que empezó a encontrar un buen juego tras 1 año de un nivel mediocre o si volverá a lo que el covid se llevó.

Juegue quien juegue, Boca debe seguir esta rienda, que lo ha puesto puntero en soledad de su grupo de Copa Libertadores (Barcelona de Ecuador aún debe jugar) y lo ha asentado en el segundo puesto de la Copa de la Liga Profesional. Porque Boca sigue siendo Deportivo Ganar.

Por Gonzalo Acedo para Alternativa Boquense