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Hasta siempre…

09/01/2017 Se fue el guerrero. Se fue Roberto Cabañas, con apenas 55 años y a causa de un paro cardíaco.

Fue, simplemente, Boca. Jugador nacido y hecho para Boca. Nunca tuvo miedo y en los peores momentos, en los partidos más duros, siempre redobló la apueta, y casi siempre salió airoso.

Campeón del Apertura 92 y Copa Master 92, el paraguayo jugó 81 partidos y convirtió 20 goles, recordando aquellos tres goles ante Vélez, cuando Boca perdía 2 a 0.

Cabañas llegó a Boca a mediados de 1991, con 30 años, pero curtido futbolisticamente, ya que venía del fútbol de Francia, donde llegó a ser considerado el mejor futbolista extranjero, tras jugar en el Olympique Lyon y en el Stade Brestois. También jugó en América de Cali entre 1985 y 1987, donde fue compañero de Carlos Ischia, Ricardo Gareca y Julio Falcioni.

Entre 1980 y 1981 estuvo en el Cosmos de los Estados Unidos junto a figuras como su compatriota Juio César Romero, el brasileño Carlos Alberto, el italiano Giorgio Chinaglia o el iraní Andranik Eskandarian.

Una vez en el club de La Ribera se ganó la simpatía de los hinchas con sus declaraciones, sobre todo en las previas de los clásicos ante River.

“Afuera a River no lo conoce nadie”, dijo para disparar la polémica. “Me alegré mucho cuando River descendió”, señaló en otra ocasión. Hernán Díaz y Leonardo Astrada “fueron hijos míos toda la vida”, agregó.

Junto a Alberto Márcico y Blas Giunta, Cabañas integró el plantel que en 1992 obtuvo el campeonato local después de 11 años, dirigido por el “Maestro” Oscar Washington Tabarez.

“Se acuerdan del título del 92, que para mí fue muy importante porque quedamos en la historia del club. Y también de los partidos con River. Yo me acuerdo de todos… Si les ganábamos siempre, ja. Boca es lo mejor que me pasó en el fútbol. Hasta mis hijos y mi familia son de Boca”, dijo una vez retirado.

Con la camiseta de Boca debutó en un partido ante Ferro el 13 de septiembre de 1991. Una semana más tarde, en La Bombonera, su equipo perdía con Vélez 2 a 0 y Cabañas hizo tres goles para dar vuelta el resultado y llevarse la victoria por 3 a 2.

En el torneo de verano de 1992, jugado en Mar del Plata, un golazo suyo sirvió para ganarle 2-1 a River para delirio de los hinchas que había colmado el estadio José María Minella.

Su juego, su picardía y sus punzantes declaraciones quedarán siempre en el recuerdo de los hinchas de Boca.

Alternativa Boquense

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